Aunque en un principio pensaba estudiar Medicina fuera de España, el programa internacional de la UNAV le llamó la atención. “Mi profesora del cole me habló del programa y me encantó”, cuenta. “Lo intenté, me cogieron y dije: anda, pues… además, sé de personas próximas que no han conseguido plaza, y pensé, bueno, es una señal”.
Cuando tocó mudarse a Pamplona, Claudia encontró en Cohousing la solución perfecta para adaptarse a su nuevo entorno. Su padre le recomendó esta opción basada en su propia experiencia universitaria: “El concepto de un piso con alguien que te cocina, que te limpia, que te cuida, fue lo que más le gustó de todo… así que me dijo, ‘mira, tú inténtalo el primer año. Que te gusta, perfecto. Que no te gusta, pues ya puedes cambiar’”.
La llegada a Pamplona fue sencilla y rápida: “Llegué un jueves y el sábado por la mañana ya estaba todo más que perfecto. Estaba instalada, porque también, claro, al tener ya todos los muebles y todo preparado en el piso de aquí, me traje poquitas cosas también, así que coloqué todo rápido y todo muy bien”. La atención personalizada y el cuidado están haciendo la experiencia aún más cómoda: “Toda la comida, todo el tema de limpieza, es lo mejor. Creo que tenemos un servicio tremendo”.
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Un hogar con alma
El piso de Claudia está a solo unos minutos de la facultad, algo que ella valora muchísimo. Comparte el apartamento con tres compañeras, y la conexión fue inmediata. “Nos llevamos súper bien entre las cuatro”, comenta. “Hemos congeniado al minuto. Ya somos todas amigas y estamos muy felices”.
Aunque no todas estudian Medicina, comparten el mismo ritmo de estudio, lo que ayuda a mantener el equilibrio. “No es que yo esté todo el rato estudiando y ellas de fiesta. Todas tenemos nuestras metas, así que nos apoyamos, nos motivamos entre nosotras y tenemos nuestros descansitos juntas”.
La diversidad cultural también forma parte de la experiencia: una de sus compañeras es de Moldavia, lo que aporta un aprendizaje mutuo y abre la mente a nuevas perspectivas: “Ella nos dice, ‘si no hubiese venido a un piso, me hubiese encerrado en mi habitación. No hubiese establecido tanta conversación con gente’, y siento que eso también nos abre mucho los ojos a nosotras, porque ella tiene su cultura, su forma de hacer las cosas”, explica Claudia.

Lo importante: centrarse en lo que realmente cuenta
Claudia lo tiene claro: Cohousing le permite concentrarse en lo que vino a hacer, estudiar Medicina. “La carrera… llevamos ya un mes y parece que llevo tres años de bachillerato. La carga de contenido de estudio es muy grande”, dice riendo. “Gracias a que tenemos el programa que tenemos, podemos centrarnos en lo que tenemos que centrarnos, a lo que vinimos”.
La combinación de servicios integrales, compañeras con enfoque similar y ambiente de estudio convierten a Cohousing en una opción que no solo aporta comodidad, sino que también potencia la concentración y el rendimiento académico.
Para ella, su piso no es solo un sitio donde vivir, sino un lugar que le da tranquilidad, compañía y estructura. “Siento que aquí todo está pensado para que podamos rendir al máximo, pero sin dejar de sentirnos en casa”.
Cohousing se ha convertido para Claudia en mucho más que una residencia: es un espacio donde la independencia se mezcla con la calidez de sentirse cuidada. Un lugar donde estudiar, crecer y compartir con comodidad, buen ambiente y ese toque de familia que marca la diferencia.
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